Ha llegado ese momento del día en el que te relajas, abres Instagram, empiezas a hacer scroll y las imágenes de viajes de tus mejores amigos se entremezclan con los contenidos de los influencers a los que sigues. Te detienes en ese vídeo en el que ella -piel impoluta, sin brillos, sin matices extraños- te recomienda encarecidamente su último descubrimiento en cremas milagrosas… Sí, es cierto que recuerda a cualquier anuncio de televisión, pero ella jura y perjura que más bien te está haciendo un favor para que tú también puedas rozar ese esplendor imposible que irradia su perfil. Sospechoso,
Hasta ahora, este tipo de publicaciones debía estar marcada como publicidad, ya fuera indicándolo al pie del post o simplemente añadiendo la etiqueta “ad” (anuncio en inglés), pero lo cierto, tal y como denuncia Autocontrol (la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial), es que muchas veces resulta confuso.
Posibles reglas para influencers en la Nueva Ley General de Comunicación Audiovisual
Ha sido la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) quien ha puesto el foco sobre esta situación y ha exigido que los influencers se tengan que regir por la
Y es que es una realidad que, desde hace ya algún tiempo, las redes sociales se han convertido en un rico y jugoso pastel para las marcas, que han descubierto en ellas una forma interesante de promoción, especialmente cuando pueden hacerlo a través de personajes conocidos que arrastran miles e incluso millones de seguidores. Sin embargo, según reza la segunda revisión del texto legal, las plataformas de compartición de vídeos tales como Instagram, YouTube o TikTok, solo se considerarían prestadoras de servicios audiovisuales cuando estuvieran establecidas en España, algo que no sucede, y que, por lo tanto, podría facilitar que continuaran en un limbo legislativo en nuestro país.
Cambios en la financiación de RTVE
Otro de los aspectos que modifica la nueva Ley General de Comunicación Audiovisual es lo referente a la financiación de RTVE. Como novedad, introduce la obligación de empresas como Netflix o HBO de destinar un 1,5% de sus ingresos al ente público y exime a los operadores de abonar su 0,9% -seguirán, eso sí, pagando la tasa del espectro, que según calcula la Secretaría de Estado, ascendería a 480 millones de euros anuales- y abre la posibilidad a un regreso de la publicidad a RTVE, permitiéndola en sus canales internacionales y contenidos digitales.
En esta ocasión, y a diferencia de los soportes de compartición como YouTube, indica expresamente que las plataformas internacionales de vídeo en streaming deberán realizar su aportación, aunque facturen en otros países “siempre que ofrezcan sus servicios en España”.
¿Veremos finalmente a famosos influencers teniendo que ceñirse a la nueva Ley General de Comunicación Audiovisual? La CNMC así lo ha solicitado en las dos revisiones que lleva el texto, pero de momento la petición no aparece reflejada en el Anteproyecto. Probablemente, lo sabremos antes de que termine el año, que es la fecha tope que se ha planteado el Gobierno para validar la norma.