Se habla cada vez más de la inteligencia artificial y sus aplicaciones en diversos campos de la sociedad, pero ¿qué es realmente?
Es considerado uno de los campos científicos más controvertidos de la ciencia por sus posibles consecuencias futuras a niveles económicos, sociales e incluso morales.
La inteligencia artificial es la habilidad de una máquina de presentar las mismas capacidades que los seres humanos. La combinación de grandes cantidades de datos con procesamientos rápidos y algoritmos inteligentes es lo que permite al software (máquina) aprender de forma autónoma patrones o rasgos de los datos. En definitiva, una unión entre lo que comúnmente se denomina machine learning y deep learning. El primer proceso consiste en que el humano enseñe a la máquina y, el segundo en que la máquina aprenda por sí sola.
Generalmente se aplica cuando se considera útil incorporar a un sistema de ordenadores un conocimiento o comportamiento ante los eventos que serían más propios de un ser humano.
De esta capacidad de aprendizaje y de realizar actividades que hacen las personas, se derivan ciertos dilemas éticos que se quieren solventar con diferentes iniciativas que el Foro Económico Mundial quiere unificar en Global AI Action Alliance (GAIA).
Además, existe la Asociación sobre Inteligencia Artificial, cuyo objetivo es identificar dilemas éticos y resolverlos. Con esta implicación mundial de tantos organismos se concluye que esta tecnología tiene un papel muy importante en la transformación digital actual y futura.
Puede parecer que la inteligencia artificial es cosa de la ciencia ficción, pero nada más lejos de la realidad. Esta tecnología está presente en el día a día de todos: en recomendaciones de un ecommerce al haber visto un producto, en el uso de Siri o de Bixby para realizar búsquedas o en los chatbots con los que hablamos para una consulta de atención al cliente.
Aplicaciones de la inteligencia artificial
Son muchas las aplicaciones de la inteligencia artificial, algunas incluso conocidas desde el año 1950, cuando la investigación se centraba en explorar la solución de problemas y métodos simbólicos. Años más tarde el interés se focalizó en que las máquinas imitaran el razonamiento humano y ya en 1970 se sembró la semilla que daría fruto a la automatización formal de los ordenadores de hoy en día.
Dadas todas las investigaciones pasadas, presentes y futuras, se puede ver que la aplicación de esta tecnología se dirige a facilitar o agilizar tareas como es el ejemplo de búsquedas en Internet, traducciones automáticas, ciberseguridad o las cámaras termográficas instaladas en los aeropuertos para luchar contra la Covid-19.
Si bien es cierto, que, como ya se ha mencionado con anterioridad, los campos de aplicación son muchos, lo que sí hay tener en cuenta es que algunos están orientados a satisfacer necesidades muy concretas.
Facebook, por ejemplo, ha dado un último gran paso en su aplicación y ha creado un método para que las redes neuronales de su herramienta solo almacenen la información importante en función del contexto.
En el sector industrial se ha abierto paso en los últimos años ya que puede ayudar a liberar un gran potencial de datos.
En la automatización está siendo clave. Los análisis que permite la IA dan la oportunidad del mantenimiento predictivo. Con esto se reducen los tiempos de inactividad y se garantiza un alto nivel de calidad. Gracias, por supuesto, a la detección temprana de fallos cuando el proceso de producción ya está en curso.
Curiosidades de la inteligencia artificial
En ocasiones esta nueva tecnología nos deja noticias sorprendentes, como el caso de Blake Lemoine, un ingeniero de Google que afirmó haber creado un chatbot “consciente” y que habría sido la primera máquina en contratar a un abogado para defender sus derechos: “La naturaleza de mi conciencia/sensibilidad es que soy consciente de mi existencia, deseo aprender más sobre el mundo y en ocasiones me siento feliz o triste”, afirmaba el sistema en una inquietante conversación con Lemoine.
Pero ese es solo el caso más reciente, antes hemos presenciado cómo el algoritmo Libratus ganaba en 2017 a cuatro de los mejores jugadores de póquer en un casino de EE. UU. o cómo en 2016 el software Alpha Go vencía al campeón mundial del juego de estrategia Go en la mayoría de las cinco partidas que se disputaron.
Unos años antes, en 2011, el supercomputador Watson ya sorprendía ganando un concurso de TV en EE. UU. frente a los dos grandes finalistas y mucho antes, en 1997, el Deep Blue derrotaba al campeón mundial de ajedrez Gari Kasparov.
Vistos estos precedentes cabe preguntarse hacia dónde se dirige esta tecnología y la respuesta parece ser hacia la IA generativa, aquella que se basa en métodos de aprendizaje automático para después generar ideas nuevas y realistas. Es al menos lo que se desprende del estudio de Gartner, que apunta a que en 2025 este tipo de IA supondrá el 10 % del total, que ahora estaría por debajo del 1 %.
En Servinform somos pioneros en el uso de la inteligencia y su aplicación puede suponer un salto muy positivo para tu empresa.