La biometría está abriéndose paso en el ámbito profesional y también en la vida cotidiana. La mayoría de los smartphones tienen sistemas biométricos, como el reconocimiento facial o el lector de huella. Esto permite una identificación instantánea del usuario.
Cómo funcionan los sistemas biométricos
Esta tecnología mide y analiza aspectos biológicos únicos del ser humano con el fin de recopilar datos y así identificarlo de forma rápida. Esto se consigue a través de un dispositivo de captura y un software asociado, que se encarga de extraer información realizando una recreación digital. Entre los sistemas de reconocimiento más empleados están los siguientes:
• Dactilar: utiliza la huella del dedo como identificador y la escanea, también puede ampliarse a la mano completa.
• De retina o iris: el ojo humano también es un elemento diferenciador y, a partir de su composición, este sistema consigue identificar la identidad de la persona.
• Facial: se basa en medir las distancias entre los diferentes rasgos del rostro hasta elaborar un esquema virtual completo.
• Por voz: la clave de análisis son los diferentes sonidos que emiten las cuerdas vocales de la persona al hablar para reconocerla. Su inconveniente es que se puede confundir con una grabación.
Falsos mitos
Este tipo de tecnología tan relacionada con elementos sensibles como son los rasgos identitarios de las personas y la seguridad ha provocado que surjan y se difundan teorías equivocadas sobre su funcionamiento. Estos son los falsos mitos más extendidos:
• Son sistemas infalsificables: está claro que esta tecnología analiza una enorme cantidad de elementos identitarios y por ello su fiabilidad es extremadamente alta. Sin embargo, como cualquier sistema, no puede ser 100 % seguro.
• Los sistemas de reconocimiento ocular emplean rayos láser: es una afirmación rotundamente falsa y sin ninguna base científica. La iluminación que se utiliza es muy ligera y totalmente segura.
• El reconocimiento facial invade la privacidad: la información recopilada por el software se recoge en forma de datos generalmente encriptados, por lo que la imagen como tal no debe quedar reflejada en el sistema.
• Genera menos seguridad que las contraseñas: por muy robusta que sea una credencial de registro, esta puede robarse al ser fácilmente compartible. Sin embargo, la transmisión de los datos biométricos es mucho más compleja de falsificar.
Posibilidades empresariales
La rapidez, eficacia y seguridad que brinda la biometría en la identificación ha provocado que una gran cantidad de empresas la haya adoptado, principalmente en los registros de entrada y salida de los empleados.
Sin embargo, esta tecnología tiene un potencial mucho más alto e irá sustituyendo a las credenciales de usuario y contraseña en las herramientas digitales. Lo que supone un gran avance en múltiples sectores.
El 93% de los usuarios afirma que utilizará la biometría en sus operaciones de pago, según un estudio de la Universidad de Oxford y Mastercard. Esto es una pequeña prueba de que estos sistemas se podrían extender y que tendrán un mayor peso tanto en nuestra vida cotidiana como en la actividad empresarial.