El término biometría nace del griego bios (vida) y metron (medida). Esta concepción hace referencia al reconocimiento inequívoco de personas a partir de uno o más rasgos conductuales o físicos. Para este reconocimiento se toman medidas estandarizadas de los seres vivos o de determinados procesos biológicos.
De esta manera, las técnicas biométricas existentes se pueden dividir en dos tipos:
• Fisiológicas: reconocimiento a partir de las huellas dactilares, el iris, la retina, el rostro, etc.
• De comportamiento: reconocimiento a partir de la voz, la firma, la manera de andar, etc.
La biometría se empezó a popularizar y a poner en práctica a finales del siglo XIX pero, en China, ya era utilizada desde el siglo XIV de manera mucho más rudimentaria y a través de la impresión de las huellas dactilares a partir de tinta.
Ventajas de incorporar la biometría en las tiendas físicas
Hoy en día la biometría ha experimenta una difusión e implementación tan amplia que, aunque no seamos conscientes de su uso, en la actualidad, la utilizamos casi a diario. Desde desbloquear el teléfono móvil u ordenador, acceder a distintas zonas de seguridad o fichar en el trabajo, hasta hacer el check-in con algunas aerolíneas.
• Una nueva forma de recordar a los clientes. Una mejor atención al cliente es posible y la biometría lo ha hecho posible. Que el sistema recuerde a los clientes impulsará la posibilidad de ofrecerles un trato mucho más personalizado.
• Mejora de la gestión. La biometría permite contabilizar y analizar los flujos de presencia en una zona concreto con total exactitud. Además de calcular la edad (de manera anónima) de los visitantes, pudiendo establecer una mejor gestión y estrategia empresarial.
• Aumento del control de seguridad. Gracias a esta tecnología es posible prevenir, alertas o investigar un posible altercado o problema ocasionado dentro del establecimiento.
• Digitalización del proceso. Si, de por sí sola, la biometría ya proporciona numerosos avances dentro de las empresas a nivel tecnológico y de seguridad, si la incorporamos a otro tipo de tecnologías podremos llegar a multiplicar sus funcionalidades de manera muy notable. Por ejemplo, para permitir un pago, para conocer qué tipo de producto es mejor para ti, fichar o permitir el acceso a una u otra zona.
• Aumento de la privacidad. Aunque muchos crean que la Inteligencia Emocional o que la biometría puede llegar a ser demasiado intrusiva, es todo lo contrario. Hasta ahora quienes manejaban o incluían datos en una base o memoria eran personas, las cuales podían saber todo sobre ti, pero la digitalización ha fomentado que este proceso sea mucho más privado. Además de no poder falsificar la contraseña de acceso puesto que son tus propias facciones.